Bienvenido...


Gracias por detener tus pasos en este lugar. Antes de aceptar el tiket de entrada, has de saber que aqui encontraras un buena parte de mi mundo del que, apartir de ahora, entrarás a formar parte...

martes, 26 de octubre de 2010

alguien...*


No quiero a alguien que me diga lo que quiero oír. Quiero a alguien que me diga la verdad, le gusta más la fada azul que la negra, que me queda mejor el pelo suelto que recogido y que le gusta verme recién salida de la ducha con un moño bien alto, la cara relavada y la toalla como traje.

Quiero a alguien al que le pueda contar lo que me preocupa y alguien que confíe en mí y me cuente sus dudas. Alguien que no tema decirme que no, cuando lo sienta de verdad; que sepa que no me enfado por tonterías y que, si un día lo hago, recuerde que con un simple beso se me olvida.

Alguien que quiera perderse por nuevos lugares conmigo y que se dedique a robarme fotos cuando me pille despistada solo para verme quejarme después.

Alguien que de vez en cuando quiera sorprenderme con cualquier detalle argumentando que solo lo hace porque le gusta ver y provocar mi sonrisa.

Alguien que un sábado me lleve el desayuno a la cama haciéndome chantaje para no sentirse culpable cuando me diga que se va al futbol con sus amigos, pero sobretodo alguien que sepa que no me hacen falta ese tipo de cosas.

Alguien que quiera salir con sus amigos pero que no se vaya a casa a gusto si no me ha visto antes. Alguien que si no me acompaña no se quede tranquilo hasta que le dé el toque de llegada.

Alguien que sea capaz de aguantar un café de chicas aunque solo sea un día para demostrarme que le importan mis tonterías.

Alguien que me sorprenda apareciendo en el lugar que menos espero solo para darme los buenos días o las buenas noches.

Alguien para el que yo sea tan solo un poquito especial.

Alguien que no me lo dé todo porque sabe que me aburriré, pero que tampoco se aproveche de ello. Alguien que me pinche, que me haga cosquillas, que finja enfados y se esconda debajo de la almohada solo para tener una excusa para reconciliarnos.

Alguien que coja aceite y me ofrezca un masaje, pero que luego me reclame el suyo.

Alguien que me bese y me lleve lejos pero que me abrace con fuerza para que no me vaya.

martes, 5 de octubre de 2010

no puedo ir...*


Ella baja las escaleras con las maletas en la mano, nerviosa por el viaje que se le plantea… Necesita decírselo.

-Un momento…

-¿Pasa algo?

-Es que… me dijiste que tuviera fe, pero no consigo encontrarla y necesito una señal

-¿Cómo en esas películas religiosas? ¿Una voz del cielo?

-Solo dime que me quieres, no tienes que contárselo a tu madre, ni al mundo entero, solo a mí…

-….. (silencio)

-No puedo ir

viernes, 17 de septiembre de 2010

vámonos....*



-¿Puedo quitar ya las manos?
-¡No! Te he dicho que esperes, estoy buscando algo.
-¡Vengaaaa!
-Cógelo, venga va. Abre los ojos


(…)


-¡Ábrelo!
- ¿Qué es?
-Tú ábrelo.
- ¿?
- Son dos billetes, para irnos lejos. Donde tú quieras. Si quieres vamos a la estación y cogemos el primer destino que salga, me da igual. Solo quiero escaparme contigo lejos de la realidad diaria, poder abrazarte y besarte por calles que no son las nuestras. Poder sentarme en una terraza a ver a la gente pasar, tomarnos un helado, dar un paseo, cenar en algún sitio tal vez con velas y volver al lugar del que no querré salir cada vez que vea al sol aparecer a través de la ventana.


(de las cosas que me cuenta mi pequeña mente cuando se aburre)

miércoles, 18 de agosto de 2010

soñé...*


El otro día soñé que te encontraba por casualidad. Una sonrisa cómplice y, sin esperarlo, unos brazos me apretaban contra tu cuerpo. Nadie nos miraba, pasábamos desapercibidos y, si por un casual no lo hacíamos, habías decidido en ese momento que te daba igual. Nadie debía explicaciones; como mucho nosotros y a nuestras propias sonrisas.

Soñé que caminábamos por las calles, que tu brazo rodeaba mi hombro y, a veces, mi cadera. Soñé que intentabas darme un beso y yo fingía huir, hasta que acababa por rendirme.

Recuerdo estar a gusto en aquel banco, recuerdo reírme y pensar que en ese momento todo me daba igual.

Soñé que me besabas sin miedo y que apartabas algún mechón rebelde de pelo de mi rostro, solo para acabar haciendo que sonriera y besarme de nuevo.

Fue entonces cuando abrí los ojos y lo comprendí.

(…)

Da igual, una vez más al fin y al cabo, era un simple sueño.

viernes, 6 de agosto de 2010

plof...


Viajé a lugares lejanos pero de vez en cuando algún hombre bien arreglado me recordaba un aroma que hacía que se me pusieran los pelos de punta. Tú aroma. Ese que ahora añoro y que espero no tarde en volver a envolverme. Las ganas de sentirnos de nuevo se acumulan y nos morimos por decírnoslo mientras nuestras manos hacen que los cuerpos se rindan al placer de dejarse sentir. Me muero por sentir. Por sentirte cerca. Por sentirte cerca durante ese día, supuestamente entero, que has decidido, supuestamente, dedicarme. Un día entero para mí. Para la niña que se rendía a pensarte durante interminables paseos por la playa. Para la niña que siempre “presume” de una urticaria, y a la que le horroriza no sentirla si es contigo. Que hace poco me pillaron con cara de tonta cuando normalmente era la que hacia las bromas más infantiles escondiéndome bajo mi intento de no crecer nunca. De no crecer nunca por si no consigo que el mundo sea perfecto. Por si no consigo a nadie casi perfecto para mí. Mi sonrisa se ilumina cuando oigo tu nombre y el brillo de mis ojos hace imposible ocultarlo. Ahora soy yo la que aguanto las bromas del plof plof plof. Esa broma que yo invente para describir la tontería máxima. Esa que ahora, constándome mucho, reconozco en mí. Tu culpa!
Tu culpa y la mía porque no consigo saber qué es lo correcto. Porque digo todo esto como si en el fondo no dudara de cada paso que doy. Como si no me pensara millones de veces cada palabra que pronuncio y cada suspiro que se me escapa.
Como si no tuviera el mayor de los miedos a que volvieras a desaparecer… a que decidieras despertarme del sueño que no te cuento para que se cumpla.

....shhhhhhhhhhhhhhhhh*

miércoles, 7 de julio de 2010

Dime que las cosas han cambiado*


Dime si las cosas han cambiado. Si han cambiado desde aquel día en el que, tras un mensaje inesperado, mi corazón latió con mucha más fuerza que de costumbre. Dime si ahora sonríes con más ilusión que aquel día en el que un coche conocido fue a buscarme entre nieve, sin creérmelo todavía del todo. Sin sonríes más que cuando me dijiste que tenías las pulsaciones aceleradas por estar conmigo, más que el día que pagaste tú para obligarme a volver a quedar y devolverte la invitación, más que aquel día que te dije y predije que no me cansaría de quedar contigo.

Dime si las cosas han cambiado. Dime que no me confundo cuando me aferro a pequeños destalles, a pequeños avances; dime que no son producto de mi imaginación. Dime que mis miedos son absurdos y dedícate a protegerme de los mismos. Dime que eres consciente del brillo que tienen mis ojos cuando hay esos pequeños detalles. Dime que ves distinto el brillo pero la misma sinceridad que en aquellos días que cenábamos, dentro de un coche, escondidos del mundo; deja que los tuyos comiencen a brillar como no lo habían hecho nunca.

Dime que las cosas han cambiado.

Repíteme que merece más la pena conocer a una persona, que reconocer el fallo de un chip que salió defectuoso. Repíteme que solo hay una enana. Repíteme que te gusta ver mis caras, que quieres dormir conmigo para despertarte a mi lado. Repíteme que puedes hablar conmigo. Repíteme que estas agusto. Y repítetelo a ti mismo tantas veces como necesites para que no se te olvide, para que no me olvides. Que yo te repetiré a ti que no estoy aquí para quitarte tu libertad, sino para darte lo que no tuviste…

Dime todo eso pero sonríe… y ríete de mí, ríete de mí cuando miro al espejo solo para verte. Ríete de mí cuando te cuento mis tonterías. Ríete conmigo.

miércoles, 30 de junio de 2010

30 J


La noche prometía. Los planes habían surgido hacía casi un mes. Cada tarde nos brillaban los ojos y se nos escapaban sonrisas de niñas traviesas por la aventurilla que planeábamos, mientras hacíamos una cuenta atrás que parecía no tener fin, mientras nos prohibíamos las unas a las otras planear demasiado por miedo a que fallara todo.

Jueves… viernes… SABADO. Millones de nervios, millones de detalles en casa para no levantar la más mínima sorpresa y pijamas en una maleta que solo salieron a la luz en la primera parte de la noche para no manchar la camiseta de salir. Pizzas, coca cola, confesiones y sesión de fotos con gafas de abuelito…

Silencio sepulcral, bostezo y fin de llamada. Minutos de silencio. COMENZAMOS. Caminamos sobre tacones poco acostumbradas, nos ponemos gafas de sol por la noche y avanzamos hacia nuestro destino: bailar como locas desenfrenadas. Disfrutar de la noche y de nosotras entre nosotras. Rastrillos, palas y cacharros en cubos de playa eran la tónica ambiente de la noche. Caras conocidas y caras por conocer. De repente, tú. Aquel que conocía y no sabía. Malas presentaciones me hicieron confundir que, sumadas a fotos que nunca salieron a la luz, marcan un primer encuentro; un primer encuentro en el que, misteriosamente, se apagaron todas las luces del local más de moda, primer encuentro que recuerdo con cariño, primer encuentro que pasó a la historia entre las chicas... como el 30J….

viernes, 25 de junio de 2010

Apagaste las luces de un local entero .......


Un día, sin esperarlo, mi sonrisa cambió de dueño. Nos ocultamos del mundo, nos descubrieron y descubrí tu identidad; pero no fui consciente de que tu embrujo, para robarme el corazón, por cierto de manera involuntaria, había comenzado. Apagaste las luces de un local entero solo para que nuestros labios volvieran a coincidir. Tiempo después han vuelto a hacerlo. Los míos con miedo, pero si se me permite el atrevimiento con más ganas que nunca, con más miedo que nunca.
Un día me robaron tus caricias, tus abrazos y tus miradas cómplices. Hoy sueño con mini-tener aquello que un día soñé tan lejano.
Postrada en mi cama con las lágrimas resecas, intento recordar todas esas cosas que me has dicho y con las que has conseguido que se me erice la piel, con las que has hecho que mantenga mi esperanza más fuerte que nunca. Esa que me acompaña y a veces me abandona cuando alguna mente, sin malas intenciones pero con mucha sinceridad, me recuerda que ya he aguantado demasiado. No por ti. Nunca demasiado por ti. Algo me dijo en su momento y me sigue diciendo que merece y mereces la pena. Que estas lágrimas hoy resecas sin saber muy bien a que sentimientos acompañan, un día me harán recordad las absurdas dudas.
Sonrío. Me siento tonta. Cuento mis sueños como si en el fondo no pensara que eso no va a pasar nunca; como si no dudara de que algún día me sonreirás en público, me llevarás de la mano y, tal vez, me des un beso que me lleve a los mundos más lejanos.

viernes, 11 de junio de 2010

hago chasss...*


Y a veces los contratos surgen solamente de la idea de no tener que mirar un reloj, de la idea de compartir momentos que no obliguen a nada, que solo obliguen a sentir y dejarse sentir. Momentos en los que no se permita pensar, solo dejarse llevar.
Y es que hace tiempo que no dejamos llevar sin saber muy bien cual sera nuestro destino, sin saber a donde nos llevarán esos pasos que hace tiempo no dirigimos.
Con mi bata blanca, sentada en una silla igual que el resto, se me escapa la mirada hacia esa ventana que me invita a soñar, a soñar lejos. Sonrío, soy consciente. La historia en sí me hace sonreír. Tú me haces sonreír. Tu culpa.
El pequeño café durante mi descanso ha despertado a la rezagadas neuronas que aun permanecían dormidas. Sigo sonriendo; recordar las confesiones de altas horas de la madrugada lo provocan, recordar contratos escritos a mano con clausulas que no quiero firmar, pero que firmo para poder soñar...

lunes, 26 de abril de 2010

encogida sobre mi propio cuerpo ...*


Rallada. Algo en mi interior me lo dice. Una sensación que hace tiempo que no sentía y, de nuevo, me asusta. La intranquilidad de mi vida hace que no encuentre la estabilidad en mis pasos diarios. Ahora no tengo lo que quiero, y tengo lo que solo a veces necesito. Lo que casi no necesito.

Temo que mis pasos me lleven por mal camino. Los recuerdos de noches fugaces hacen que las luces del día me parezcan escasas, que me parezcan escasas para iluminar un corazón falto de luz. Refugiada en mi albornoz, tras la ducha matinal, solo me apetece tirarme en un sofá, encogida sobre mi propio cuerpo y dejarme llevar por los mundos que ansío perfectos para mí. Tal vez solo necesite tiempo. Tiempo para pensar, aclararme y en el fondo para no pensar. Solo dejarme llevar por los caminos que mi destino traza para mí.

Pese a eso no siento que mi estado anímico mejore. Quizá me faltan unos brazos que me cojan con fuerza y me hagan rendirme a lo sencillo de la situación. Una mano que me lleve por caminos que yo no escoja. Unos labios que me besen como si fuera la primera vez. Ese primer beso que, todos, una vez deseamos y nunca olvidaremos.

La sensación de angustia no disminuye. Algo me dice que algo va mal. Que algo se me escapa de las manos. Algo me dice que tengo miedo a perderme por los caminos que se presentan frente a mí. Algo me dice que busque las señales correctas, pero no las encuentro. Algo me dice que tengo miedo a equivocarme de camino, a que se borren los caminos que busco…

martes, 20 de abril de 2010

aun no lo he decidido....*


Sentir por fin unos brazos que rodeen mi cuerpo y me abracen fuerte, fuerte. Que no haya un día establecido para poder sentir; sino que todos los días pueda sentirme protegida, confiad y, por qué no decirlo, querida. Que pueda presumir de sonrisa cuando camine de la mano contigo. Que no tenga miedo de sentirme sola. Algún día caminare por lugares lejanos junto a ti, me pararé frente a ti, te miraré a los ojos y me será imposible no sonreír o sonrojarme. Levantarás mi barbilla y tal vez me des un beso en los labios o tal vez en la frente, aun no lo he decido; quizás un beso esquimal, >aun no lo he decidido.

Algún día llegará el día en el que los sueños que no cuento, para que no pierdan su magia, se harán realidad. Me levantaré por la mañana y no me encontraré con un susto sino con una sonrisa de buenos días. Un poder acariciarte sin despertarte, un poder seguir en la cama para seguir soñando...

miércoles, 24 de marzo de 2010

cada paso del pasado es lo que ha hecho que hoy este aquí!*


Me hacen sonreír bajo una luz tenue mientras un cosquilleo, todavía latente, recorre mi cuerpo. Mientras las miradas cómplices son acompañadas por brazos que cubren cuerpos, por palabras que producen pensamientos y sentimientos que casi conseguirías ocultar de no ser por ese brillo de ojos que casi te delata sin que se dé cuenta.

Que disimulas como si de verdad aceptaras las reglas del juego y callar significara que no tienes la esperanza de que un día todo cambie y puedas sonreír en la calle más pública.

Prometes ponerte narices de payaso si eso hace sonreír y no pensar, si así demuestras tu palabra de quedar. Si así recuerdas que no pides nada, que solo manifiestas un deseo de que no desaparezca. Paréntesis, no me gustaría, paréntesis.

Confesiones por compartir momentos, respuestas recíprocas, sonrisas gemelas, manos inquietas por hacer sentir, por demostrar que no saben mentir.

viernes, 12 de marzo de 2010



Coraline me ha premiado en su blog, muchisimas gracias.
Aquí van mis siete confesiones.


1-Soy pequeña. Si confieso que soy pequeña y que me gusta viaja a mundos de gominolas y de globos. A lugares en los que la gente no hace daño queriendo y, de hacerlo, en los que con una tirita y una sonrisa acompañada de un sana sanita, lo curan todo

2-Me gusta sonreír. Sonríe y que todo el mundo se pregunte por qué. Regala sonrisas y recibirás sonrisas. ¿ver la botella medio vacía? ¿yooo? Nunca…. Quien no arriesga no gana. A sí que a luchar!

3-Pienso, pienso demasiado, lo confieso. Pienso en todas las posibilidades, barajo todas y por eso me cuesta tanto decidirme
.
4-He soñado millones de veces con mi final de película. Me encantan esos anuncios del día de la madre en los que entra el marido, con sus dos hijos y el perro, trayéndole el desayuno a la cama a su mama, incluido zumo de naranja y una rosa.

5-Reconozco que me gusta más la música en español para poder entender la letra y poder relacionar cada canción con un trocito de mi vida.

6-Que me gusta guardar todo aquello que me recuerde a alguien, aquello que alguna vez significó algo. Millones de recuerdos guardados en sobres con quizás alguna carta de esas que no mando una pequeña fotografía... Las bolitas de mis lugares ^^

7-Me puede que me abracen por detrás y tal vez me roben un pequeño beso en el cuello. Que cuando me besen me agarren por el cuello…

miércoles, 10 de marzo de 2010

Tiempo es lo que más tengo y lo que mas ofrezco...


Mide tus palabras. Sueña pero no lo grites. Que todo pase como si te sorprendiera. Finge que cada momento no te lo has imaginado millones de veces cuando te refugias entre tus sábanas y tu almohada.

Disimula que no piensas cada movimiento y que no tienes miedo a llevar cada uno de ellos acabo. Disimula que no valoras cada una de las palabras salidas de sus labios. Evita que te mire a los ojos para ver cómo te brillan si te coge un poco más fuerte que de costumbre. Haz como si estar tan agarrada y tan cerca suyo fuera algo que no te impusiera el mayor de los respetos unidos al mayor de los miedos.

Pero nunca mientas, nunca engañes. Deja que tus ojos le digan lo que sientes y, si lo sientes importante para ti, exprésalo en palabras. Tendrás miedo de decirlo, pero atrévete; quizás no salga corriendo, quizás solo exprese que tiene tanto miedo o más que tú. Pero recuerda que las palabras se las lleva el viento y que solo son los hechos y el tiempo lo que demuestran las cosas.

... que yo tengo todo el tiempo del mundo...

viernes, 12 de febrero de 2010

frio polar...*


Ella camina sola entre la multitud de gente. Camina, refugiada en su gorro y sus guantes, intentando escapar del frio que inunda el ambiente. Camina sin destino con la única de intención de llegar hasta donde sus pasos la lleven. Su mente, distraída a ratos por la música, va con ella igual de despistada. Quizás de vez en cuando algún pensamiento con más sentido que otro se manifiesta con un poco más de fuerza, como si de repente alguien hubiera subido el volumen de la música haciendo imposible no escuchar. Se le escapa una sonrisa y niega con la cabeza. Se niega a que sea él el centro de atención.

Mira los escaparates sin buscar sentido a sus pasos. Podría dar vueltas en círculos al centro y no darse ni cuenta. La música, por fin, ha conseguido trasportarla a un lugar en el que nada la haga pensar. Solo sonreír cuando alguna estrofa de cualquier canción le recuerda algo o alguien. Cuando le recuerda a él.

miércoles, 10 de febrero de 2010


Y sientes que cada cachito se afila más con cada palabra que pronuncia. Te empeñas en recomponer cada pedazo; los pegas y los vuelves a pegar. Pero siempre hay un nuevo tropiezo. Da igual que cambies la forma de actuar, da igual que cambies a los personajes principales que siempre habrá secundarios. Siempre todo tendrá el mismo final. NUNCA. Siempre habrá un pequeño trozo que cuando ya lo creías diminuto es capaz de romperse todavía un poco más.

Las lágrimas se perderán entre promesas que no se podrán cumplir, que ya es tarde para cumplir.

Que pierdes las fuerzas, que vale más retirarse que esperar a que te echen. Que vale más guardar un buen recuerdo que llorar una vez más.

Caprichosa de cambiar un mundo que no se ha hecho para que yo sonría y sienta ese cosquilleo, esas mariposas.

Que el autoengaño es lo que me levanta cada día y hace que mis ojos brillen y se me escape una sonrisa de tonta cada vez que te veo.
Que el autoengaño me hace soñar y a veces no parar de llorar. Porque la realidad no avisa cuando llega, pero es que esta vez ni siquiera se fue. Dulce autoengaño que me acompaña cada amanecer. Dulce autoengaño que me hace creer que puedo cambiar el mundo, cambiarte a ti, cambiar que dejes de seguir los consejos que yo te di.

Que cada día dibujo nuevos paisajes, con nuevos colores que invento, solo para ti. Que cada lápiz de color lleva dibujada, a modo de marca, una sonrisa con la única intención de contagiarse. Que en los mundos que coloreo no hay ni brujas ni dragones, solo tranquilidad y millones de ilusiones.

lunes, 8 de febrero de 2010

demasiadas películas románticas con final feliz..*


Vale. Lo siento. Lo reconozco, he visto demasiadas películas románticas con final feliz, de esas que, a ingenuas como yo, llenan la cabeza de pájaros. Tantas que no puedo concebir que mi historia no sea una de esas que han hecho que a jóvenes y no tan jóvenes, entre las que me incluyo, se les iluminen los ojos por soñar ser algún día la protagonista de las mismas. He visto tantas que he acabado preguntándome si algún día alguien me despertará con un suave beso en los labios sin que haya ningún sentimiento de culpabilidad detrás. Tantas que he llegado a preguntarme si algún día alguien me llevará el desayuno a la cama, tantas que ya huelo el aroma del café recién hecho. He llegado a desear que un día piquen a mi puerta y tras preguntar por mí, me entreguen un ramo de flores. He soñado y deseado mil y una veces que un día alguien quizás en un restaurante o en una playa con su respectiva puesta de sol, se arrodille delante de mí y me diga lo importante que soy en su vida y que quiere seguir compartiéndola conmigo. He soñado que un día cruzaré una alfombra roja, alguien dirá “que ya se puede besar a la novia”, que mi padre llorará por perder a su niña y que yo sentiré un cosquilleo por todo mi cuerpo que me indique que he escogido a la persona correcta...

miércoles, 3 de febrero de 2010

Empatar....a veces es el mejor resultado...*


Los días comienzan con la rutina diaria. Los encuentros casuales provocan llamadas que obligan indirectas. ¿o directas? Planes que no llegaban y sentimientos de arrepentimiento por haber pronunciado las palabras que no ocultan “casi” nada.

Los coches se habían igualado y había visto a esa persona que últimamente, así como que de vez en cuando, se paseaba por su vida. Esa personilla que la miraba, con lo que parecía, una sonrisa sincera.
Sonrisa que ella intentaba sacar de su escondite secreto cada vez que podía. Traviesa sonrisa que una bruja mala, con su malvado hechizo, había desterrado a la cueva más profunda.
Duras batallas se libraban a base de caricias, de miradas y de palabras sinceras y espontáneas.

Y es que se dice que en todas las batallas siempre hay un ganador y un perdedor. Pues lo siento mucho si te fastidia pero yo me he prometido no ganar si tu no ganas. Yo soy más de empate. De empatar a sonrisas y a momentos. De empatar a emociones y sentimientos.

miércoles, 27 de enero de 2010

De esas....

No soy de las personas que dicen las cosas que pueden no gustar. Soy de las que me callo. De las que doy un trago más al café y se queda pensativa. De las que deja que la luz de las farolas la ilumine a través del cristal y deja su mirada perdida. De las que sonríe esperando que se la entienda sin hablar. Soy de esas.

De las que no se consideran mi mejor ni peor, solo diferente; pese a la poca humildad que dicho comentario refleje. No quiero ser la primera en nada, ni tampoco la última. Solo quiero ser esa. Esa que no haga pensar, y a la que no se le tenga miedo. Esa con la que en cualquier momento puedas recogerte entre sus brazos y dejar de pensar en el tiempo, en las consecuencias, en el pasado y en el futuro. Esa con la que ni siquiera pienses en el presente, solo dejes que ocurra, que te sorprenda.

Esa que te sirva como consuelo exterior al mundo diario que te rodea. Esa que sirva para evadirte de la cruel realidad. Esa para la que no sean necesarias las explicaciones. Esa que está ahí, casi, incondicionalmente.

Esa que deja que la luz de las farolas la ilumine a través del cristal y deja su mirada perdida, sonriendo, esperando a que se la entienda sin hablar.

viernes, 22 de enero de 2010

Por una nueva etapa sin olvidarte....


Y asi comenzaba un año que dejaba atrás otro…

Cerrar los ojos intentando recordar todas las cosas buenas que estoy viviendo y solo recordar las buenas que pasé contigo. Que alguna vez ya he dicho que no se qué droga me echaste en la bebida, pero es que sigue haciéndome efecto. El efecto que hace que te recuerde y que piense en ti. Que añore tus abrazos y necesite tus labios. Que precise de cada mirada complice y de cada momento de risas compartidas.
Que no pensé que fuera a encontrar lo que quería tan lejos y tan imposible. Tan simplemente complicado. No es fácil ser consciente y reconocerlo a sabiendas de que no vas a ganar nada con ello.
Recuerdo como, después de aquella cuenta atrás tan lenta, llego el día de coger un bus, que casi pierdo; que me llevara a tus brazos. A esos brazos que añoro.
De vez en cuando alguien me dice que quizás no me he enamorado nunca, reconzco que yo también he llegado a pensarlo.
Pero lo pienso hasta que pienso en ti. En aquel niño que en una playa se preocupó por mi.
¿Por qué me martirizo pensando en ti? ¿Por qué me gusta llorar por tì? ¿Por qué me gusta recordar cómo te vi después de tanto tiempo en aquella larga calle, cómo me sonrerías, cómo me abrazaste, cómo me besaste? ¿Por qué?
¿Alguna vez te habrás vuelto a pasar por este baúl en el que guardo las cartas que no te mando? ¿Cómo decirte que te escribo sin decirtelo? ¿Por qué a ninguna de ellas se les ocurre comentartelo sin que yo lo pida?
Hace ya tres meses que no te veo. Pero ¿sabes? Estoy segura de que si pasaramos el uno al lado del otro, sin vernos, sentiría ese cosquilleo en mi estomago, esas mariposas que me dicen que eres especial y que no te voy a olvidar.
Te dije que tenia fuerzas par remar por los dos siempre y cuando no remaras tu en la direccion contraría al camino que nos unía. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no te cruzaste de brazos y dejaste que tirara yo? Lo hubiera hecho. Siento que, por ti, lo hubiera hecho. Por ti. Siento que podría haber cambiado por ti, por nosotros. Por sentirme una vez mas como me sentia cuando estaba contigo, rodeada por tus brazos sin parar de pensar en el tiempo que algún día nos separaría. Por oir de tus labios un “yo remo contigo”.


Pero pasan los días y me hago consciente o intento convencerme de la locura de mis palabras. De lo…inútiles que son. Por eso, cuando aparece gente que me hace sonreir me gusta llevarlos a un mundo lejano en el que “esta prohibido tener miedo y pensar; y sobre todo dar las gracias".