Primero llegó el Amor, tocó la puerta de su casa un día, ella no lo quería dejar
pasar, tenía otros planes, otros deseos. Pero el Amor la sedujo, con palabras dulces, con amistad y cariño y lo dejó
entrar. Se instaló en su casa por un largo tiempo y trajo además a la Alegría y a la Ilusión.
De repente, sin darse cuenta, partió la Ilusión, luego se fue yendo la Alegría, entraba y salía y de repente ya
no llegó más, hasta que un día toco la puerta la Rutina. Ella le dijo que no la dejaría entrar y luchó contra ella,
pero mientras vigilaba la puerta adelante, la Rutina entró por detrás, y fue matando poco a poco el Amor. Ella intentaba mantenerlo vivo,
pero entonces llegó la Mentira junto
con la Traición, se unieron a la Rutina y mataron el Amor. Ella con rabia, echo de la casa a la Rutina, la Mentira y la Traición.
Mientras lloraba dejó descuidada la
puerta y la Pena entró, se sentó en
la sala y allí se instaló y por más que intentó sacarla, se negó a irse. Después
de un tiempo, cansada de ella, decidió comenzar a ignorarla, sabe que está allí
en la sala, pero no le hace caso, le pasa por el lado y la ignora.
Salió a pasear para intentar olvidar la Pena. En el camino, se encontró de nuevo
con la Alegría y la Ilusión y las invitó a su casa. Ahora
hacen tanta algarabía que la Pena
pasa desapercibida, sigue allí en la sala, pero ella la ignora y trata de solo
prestarle atención a la Alegría y a
la Ilusión.
Hoy tocó la puerta la Venganza, ella la miró con picardía y
aceptó el trato que le proponía, le dio permiso y la Venganza se burló de la Rutina,
la Mentira y la Traición.
Así que hoy es un gran día en su casa hay
una gran fiesta, ella, la Venganza, la Alegría y
la Ilusión celebran con brindis y
música. La Pena sigue allí cada vez
más pequeña, cada vez más ignorada, sabe que logrará pronto acabar con
ella y sacarla.