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Gracias por detener tus pasos en este lugar. Antes de aceptar el tiket de entrada, has de saber que aqui encontraras un buena parte de mi mundo del que, apartir de ahora, entrarás a formar parte...

viernes, 12 de febrero de 2010

frio polar...*


Ella camina sola entre la multitud de gente. Camina, refugiada en su gorro y sus guantes, intentando escapar del frio que inunda el ambiente. Camina sin destino con la única de intención de llegar hasta donde sus pasos la lleven. Su mente, distraída a ratos por la música, va con ella igual de despistada. Quizás de vez en cuando algún pensamiento con más sentido que otro se manifiesta con un poco más de fuerza, como si de repente alguien hubiera subido el volumen de la música haciendo imposible no escuchar. Se le escapa una sonrisa y niega con la cabeza. Se niega a que sea él el centro de atención.

Mira los escaparates sin buscar sentido a sus pasos. Podría dar vueltas en círculos al centro y no darse ni cuenta. La música, por fin, ha conseguido trasportarla a un lugar en el que nada la haga pensar. Solo sonreír cuando alguna estrofa de cualquier canción le recuerda algo o alguien. Cuando le recuerda a él.

miércoles, 10 de febrero de 2010


Y sientes que cada cachito se afila más con cada palabra que pronuncia. Te empeñas en recomponer cada pedazo; los pegas y los vuelves a pegar. Pero siempre hay un nuevo tropiezo. Da igual que cambies la forma de actuar, da igual que cambies a los personajes principales que siempre habrá secundarios. Siempre todo tendrá el mismo final. NUNCA. Siempre habrá un pequeño trozo que cuando ya lo creías diminuto es capaz de romperse todavía un poco más.

Las lágrimas se perderán entre promesas que no se podrán cumplir, que ya es tarde para cumplir.

Que pierdes las fuerzas, que vale más retirarse que esperar a que te echen. Que vale más guardar un buen recuerdo que llorar una vez más.

Caprichosa de cambiar un mundo que no se ha hecho para que yo sonría y sienta ese cosquilleo, esas mariposas.

Que el autoengaño es lo que me levanta cada día y hace que mis ojos brillen y se me escape una sonrisa de tonta cada vez que te veo.
Que el autoengaño me hace soñar y a veces no parar de llorar. Porque la realidad no avisa cuando llega, pero es que esta vez ni siquiera se fue. Dulce autoengaño que me acompaña cada amanecer. Dulce autoengaño que me hace creer que puedo cambiar el mundo, cambiarte a ti, cambiar que dejes de seguir los consejos que yo te di.

Que cada día dibujo nuevos paisajes, con nuevos colores que invento, solo para ti. Que cada lápiz de color lleva dibujada, a modo de marca, una sonrisa con la única intención de contagiarse. Que en los mundos que coloreo no hay ni brujas ni dragones, solo tranquilidad y millones de ilusiones.

lunes, 8 de febrero de 2010

demasiadas películas románticas con final feliz..*


Vale. Lo siento. Lo reconozco, he visto demasiadas películas románticas con final feliz, de esas que, a ingenuas como yo, llenan la cabeza de pájaros. Tantas que no puedo concebir que mi historia no sea una de esas que han hecho que a jóvenes y no tan jóvenes, entre las que me incluyo, se les iluminen los ojos por soñar ser algún día la protagonista de las mismas. He visto tantas que he acabado preguntándome si algún día alguien me despertará con un suave beso en los labios sin que haya ningún sentimiento de culpabilidad detrás. Tantas que he llegado a preguntarme si algún día alguien me llevará el desayuno a la cama, tantas que ya huelo el aroma del café recién hecho. He llegado a desear que un día piquen a mi puerta y tras preguntar por mí, me entreguen un ramo de flores. He soñado y deseado mil y una veces que un día alguien quizás en un restaurante o en una playa con su respectiva puesta de sol, se arrodille delante de mí y me diga lo importante que soy en su vida y que quiere seguir compartiéndola conmigo. He soñado que un día cruzaré una alfombra roja, alguien dirá “que ya se puede besar a la novia”, que mi padre llorará por perder a su niña y que yo sentiré un cosquilleo por todo mi cuerpo que me indique que he escogido a la persona correcta...

miércoles, 3 de febrero de 2010

Empatar....a veces es el mejor resultado...*


Los días comienzan con la rutina diaria. Los encuentros casuales provocan llamadas que obligan indirectas. ¿o directas? Planes que no llegaban y sentimientos de arrepentimiento por haber pronunciado las palabras que no ocultan “casi” nada.

Los coches se habían igualado y había visto a esa persona que últimamente, así como que de vez en cuando, se paseaba por su vida. Esa personilla que la miraba, con lo que parecía, una sonrisa sincera.
Sonrisa que ella intentaba sacar de su escondite secreto cada vez que podía. Traviesa sonrisa que una bruja mala, con su malvado hechizo, había desterrado a la cueva más profunda.
Duras batallas se libraban a base de caricias, de miradas y de palabras sinceras y espontáneas.

Y es que se dice que en todas las batallas siempre hay un ganador y un perdedor. Pues lo siento mucho si te fastidia pero yo me he prometido no ganar si tu no ganas. Yo soy más de empate. De empatar a sonrisas y a momentos. De empatar a emociones y sentimientos.