Bienvenido...


Gracias por detener tus pasos en este lugar. Antes de aceptar el tiket de entrada, has de saber que aqui encontraras un buena parte de mi mundo del que, apartir de ahora, entrarás a formar parte...

miércoles, 18 de agosto de 2010

soñé...*


El otro día soñé que te encontraba por casualidad. Una sonrisa cómplice y, sin esperarlo, unos brazos me apretaban contra tu cuerpo. Nadie nos miraba, pasábamos desapercibidos y, si por un casual no lo hacíamos, habías decidido en ese momento que te daba igual. Nadie debía explicaciones; como mucho nosotros y a nuestras propias sonrisas.

Soñé que caminábamos por las calles, que tu brazo rodeaba mi hombro y, a veces, mi cadera. Soñé que intentabas darme un beso y yo fingía huir, hasta que acababa por rendirme.

Recuerdo estar a gusto en aquel banco, recuerdo reírme y pensar que en ese momento todo me daba igual.

Soñé que me besabas sin miedo y que apartabas algún mechón rebelde de pelo de mi rostro, solo para acabar haciendo que sonriera y besarme de nuevo.

Fue entonces cuando abrí los ojos y lo comprendí.

(…)

Da igual, una vez más al fin y al cabo, era un simple sueño.

viernes, 6 de agosto de 2010

plof...


Viajé a lugares lejanos pero de vez en cuando algún hombre bien arreglado me recordaba un aroma que hacía que se me pusieran los pelos de punta. Tú aroma. Ese que ahora añoro y que espero no tarde en volver a envolverme. Las ganas de sentirnos de nuevo se acumulan y nos morimos por decírnoslo mientras nuestras manos hacen que los cuerpos se rindan al placer de dejarse sentir. Me muero por sentir. Por sentirte cerca. Por sentirte cerca durante ese día, supuestamente entero, que has decidido, supuestamente, dedicarme. Un día entero para mí. Para la niña que se rendía a pensarte durante interminables paseos por la playa. Para la niña que siempre “presume” de una urticaria, y a la que le horroriza no sentirla si es contigo. Que hace poco me pillaron con cara de tonta cuando normalmente era la que hacia las bromas más infantiles escondiéndome bajo mi intento de no crecer nunca. De no crecer nunca por si no consigo que el mundo sea perfecto. Por si no consigo a nadie casi perfecto para mí. Mi sonrisa se ilumina cuando oigo tu nombre y el brillo de mis ojos hace imposible ocultarlo. Ahora soy yo la que aguanto las bromas del plof plof plof. Esa broma que yo invente para describir la tontería máxima. Esa que ahora, constándome mucho, reconozco en mí. Tu culpa!
Tu culpa y la mía porque no consigo saber qué es lo correcto. Porque digo todo esto como si en el fondo no dudara de cada paso que doy. Como si no me pensara millones de veces cada palabra que pronuncio y cada suspiro que se me escapa.
Como si no tuviera el mayor de los miedos a que volvieras a desaparecer… a que decidieras despertarme del sueño que no te cuento para que se cumpla.

....shhhhhhhhhhhhhhhhh*