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lunes, 26 de abril de 2010

encogida sobre mi propio cuerpo ...*


Rallada. Algo en mi interior me lo dice. Una sensación que hace tiempo que no sentía y, de nuevo, me asusta. La intranquilidad de mi vida hace que no encuentre la estabilidad en mis pasos diarios. Ahora no tengo lo que quiero, y tengo lo que solo a veces necesito. Lo que casi no necesito.

Temo que mis pasos me lleven por mal camino. Los recuerdos de noches fugaces hacen que las luces del día me parezcan escasas, que me parezcan escasas para iluminar un corazón falto de luz. Refugiada en mi albornoz, tras la ducha matinal, solo me apetece tirarme en un sofá, encogida sobre mi propio cuerpo y dejarme llevar por los mundos que ansío perfectos para mí. Tal vez solo necesite tiempo. Tiempo para pensar, aclararme y en el fondo para no pensar. Solo dejarme llevar por los caminos que mi destino traza para mí.

Pese a eso no siento que mi estado anímico mejore. Quizá me faltan unos brazos que me cojan con fuerza y me hagan rendirme a lo sencillo de la situación. Una mano que me lleve por caminos que yo no escoja. Unos labios que me besen como si fuera la primera vez. Ese primer beso que, todos, una vez deseamos y nunca olvidaremos.

La sensación de angustia no disminuye. Algo me dice que algo va mal. Que algo se me escapa de las manos. Algo me dice que tengo miedo a perderme por los caminos que se presentan frente a mí. Algo me dice que busque las señales correctas, pero no las encuentro. Algo me dice que tengo miedo a equivocarme de camino, a que se borren los caminos que busco…

martes, 20 de abril de 2010

aun no lo he decidido....*


Sentir por fin unos brazos que rodeen mi cuerpo y me abracen fuerte, fuerte. Que no haya un día establecido para poder sentir; sino que todos los días pueda sentirme protegida, confiad y, por qué no decirlo, querida. Que pueda presumir de sonrisa cuando camine de la mano contigo. Que no tenga miedo de sentirme sola. Algún día caminare por lugares lejanos junto a ti, me pararé frente a ti, te miraré a los ojos y me será imposible no sonreír o sonrojarme. Levantarás mi barbilla y tal vez me des un beso en los labios o tal vez en la frente, aun no lo he decido; quizás un beso esquimal, >aun no lo he decidido.

Algún día llegará el día en el que los sueños que no cuento, para que no pierdan su magia, se harán realidad. Me levantaré por la mañana y no me encontraré con un susto sino con una sonrisa de buenos días. Un poder acariciarte sin despertarte, un poder seguir en la cama para seguir soñando...