Cuando no queda confianza qué nos queda. Si ya no crees en las palabras que pronuncia, que te queda.
Te quedan los recuerdos de cada cosa planeada, y de cada ilusión vivida. Te quedan los momentos y los abrazos. Te quedan los besos. Te quedan los días que no llegarán. [...]
Pero llegarán y volverás a sonreír, a ilusionarte, a planear. Y quizás sea a muchos Km. de casa o quizás a la vuelta de la esquina. Pero te prometo que volverán. Volverás a sonreír.
Y entonces recordarás y le tendrás ahí, en aquel rincón de tu corazón, donde prometiste guardarle siempre. Porque se ganó aquel rincón que nadie le quitará nunca. Y le recordarás y te darás cuenta de que le sigues queriendo, incluso más que antes, pero le querrás de otra forma. Le querrás porque te hizo más fuerte; te hizo saber lo que querías y lo que no querías, lo que te gustaba y lo que no, te enseñó lo que eras capaz de dar y lo que no estabas dispuesta a soportar. Y gracias a él, te darás cuenta de que eres un poquito mejor, o quizás un poquito menos peor.